ALAS

ALAS
portada: Hugo Vélez/Margarita Pizarro
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Ésta es una INVITACIÓN A LA LECTURA, también conocida como Cuarta de Forros:

Alas es una meditación acerca de lo próximo y lo lejano, de la fijación y la posibilidad de mutar. También es un trayecto que se prolonga hasta el infinito contra una pared de plata. Algo así. Puede leerse igualmente como una colección de estampas de estaciones de vida en el recorrido de la voz poética por asimilar el mundo. Entre versos vertiginosos o sonoros, de poema en poema se participa de la crónica de un viaje de este al otro lado de un precipicio que abarca lo mismo un océano que un espejo, que pretende alcanzar "la distancia inconmensurable que existe entre un par de labios y el otro". Desde esta perspectiva, Alas evoca el rito de transición que es la vida. O bien es un simple itinerario en un libro de divagues. En todo caso, los poemas aquí compilados proponen a la palabra como objeto de fe y como vehículo para sobrevolar el país del desencanto hasta vislumbrar una salida luminosa.




Y éste, vaya, un Comentario Editorial

Por medio de "palabras pala", Gonzalo Vélez se abre paso entre "cubos de cielo", entre "cuerpos puertos", para plasmar esta lucubración poética que quizás haya de ubicarse lejos del centro de la poesía mexicana contemporánea. Luego de un largo silencio, el también novelista, traductor y comentarista de artes plásticas reaparece ahora con Alas, una nueva invitación a los lectores a recorrer caminos poco trillados en nuestra literatura.




miércoles, 26 de noviembre de 2008

nubes

Esta aproximación a un soneto surgió en un momento de ánimo encapotado. Ni modo: así pasa a veces. Tal vez sea el instante más pesimista del libro. Esto se diluye un poco, pues justo en la página siguiente se lee que llegó el momento de requerir de estrategias nuevas, o algo así. Espero que "Nubes" haya quedado como una sombra contrastante en relación con el conjunto de Alas.



Te comento, por otro lado, que "Nubes" apareció en la antología de Poesía que publicó la revista Tierra Adentro en su entrega 145, de abril-mayo de 2007.



La imagen que sigue era mi propuesta original de portada para el poemario: una fotografía que tomé en 2005, creo, con el reflejo de un edificio de espejos. Y feliz acudí con mi editor, orgulloso de añadir otro hilo negro a la colección, aunque para mi desencanto me dijo que todo el tiempo pensó que mi Especular distancia se trataba de un volante promocional del edificio de la Casa de Bolsa (que es como el Wall Street de Mexico City, aparentemente ubicado más bien en Mirage Street).



No me importa. Cual buen amateur necio, en este caso de la fotografía, la imagen me sigue pareciendo sugerente. Si bien ahora veo con mucho mayor claridad que la gente a mi alrededor tenía mucho más mejor razón que yo, sobre todo mi amiga Magui, diseñadora durante muchos años en la editorial Aldus, y a quien agradezco otra vez su estupendo trabajo.









nubes


azul inmenso mudo ruge. cerca
ignotas nubes pasan sin moverse.
rotundas claras dudas nos cautivan,
serenos cielos hoy nos sobrecogen.

paisajes vuelan como nuestra vida:
ensueño puro, simples ilusiones.
las flotas blancas surcan el oxígeno:
buques albinos en ebullición.

es otra hora de otros cielos blandos.
las palabras tortuosas se entretienen
haciendo malabares con el aire.

es la hora fatal de la entelequia,
momento de mirar arriba el suelo
y dibujar futuros en los muros.


+ + +

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